viernes, 19 de diciembre de 2008

Antonio Ordóñez

Hoy 19 de Diciembre se cumple el décimo aniversario de la muerte del Maestro Antonio Ordóñez. Desde http://www.rincontaurino.blogspot.com/ nos queremos sumar al homenaje a su persona y a su figura.

Es una verdadera lástima que por parte de la Diputación de Málaga no se haya celebrado ningún acto conmemorativo en recuerdo del torero de Ronda.

El monumento que se levanta a los pies de la Malagueta se encuentra igual de desastroso y abandonado. No encuentro palabras "educadas" para comentar "la faena" de nuestros políticos. Así que prefiero ahorrarme el comentario.

1 comentario:

Anónimo dijo...

…diez años recordando a Antonio Ordóñez…

… es bienaventurado aquel que recibe elogios y muestras de afecto. El Maestro Ordóñez lo es, puede sentirse orgulloso de su paso por esta vida nuestra que llamamos Tierra. Hace diez años la muerte le arrebató aquella energía suya, su temple y su elegancia, y sus tremendos anhelos de expansión y diversión. El que fuera el mejor torero del siglo XX, auténtico rey de los ruedos nacionales y mundiales, era también un ser humano ejemplar, un hombre lleno de vitalidad, un tipo generoso y agradable, una persona devota, un rondeño aficionado al vino y al flamenco, un amigo excelente, una persona magnífica. Por esa razón se hace más duro todavía que sólo se le permitiera vivir durante sesenta y seis años, ahora, cuando lo normal es alcanzar cifras superiores a los ochenta.
Ordóñez vivió poco tiempo, pero lo vivió bien. Supo de la vida llevarse lo mejor… y contribuir él con su legado de soberbio arte. Se comportó siempre con una clase ejemplar, una templanza ejemplar y una conducta ejemplar, siempre honrando al apellido dinástico que con tanto aplomo supo llevar… y por eso es hoy querido, añorado y recordado. Su esencia continúa entre nosotros… prueba de ello es la peregrinación ordoñista que cada septiembre conduce a la bella Ronda a miles de taurinos enamorados del toreo de verdad.
El viernes, 19 de diciembre, a escasos días de la Navidad, la ciudad del Tajo ( que es un monumento que la Naturaleza quiso esculpir en esas tierras, no el río que algunos suponen ) ya estaba vestida de adornos festivos y guirnaldas de colores. La noche había caído sobre tan hermoso lugar con su manto de estrellas y de frío, aunque justo en ese día las temperaturas eran más cálidas, más entrañables. Una comitiva de personas nos reunimos en el Casino, nuestro querido Círculo de Artistas, el lugar que para nosotros en Ronda supone un punto de encuentro.
Y desde allí se inició nuestra andadura… bajo el rocío rondeño caminamos en respetuoso silencioso hasta la Plaza de Toros, todos portando preciosos ramos de flores. Todos emocionados. Y nos detuvimos delante de las estatuas del Niño de la Palma y de Antonio Ordóñez, que, como ángeles de piedra majestuosos, velan nuestro tiempo, nuestras costumbres, nuestra tradición. Todos unidos en el eterno recuerdo al torero más nuestro, al rondeño universal, al perfecto Maestro Ordóñez.
Una vez frente al majestuoso coso de Ronda, el siempre auténtico Juani Bulerías se encargó, con su gusto exquisito y su amabilidad acostumbrada, de nuestro emotivo homenaje. Queríamos, anhelábamos, que Antonio Ordóñez no se sintiera sólo en tan señalada fecha, pretendíamos ofrecerle calor, cariño, respeto, agradecimiento. Todo desde el alma y desde el corazón.
… y así se hizo. Juani, artista de la palabra y de las cosas bien hechas, se expresó con la gracia que le caracteriza. Tan flamenco, tan rondeño… habló del Maestro, y a él dirigió rezos, recuerdos y besos. Luego me cedió a mí el turno, y me permitió dedicar a Ordóñez, bajo su cielo goyesco, el poema que yo le compuse para esta ocasión, que dice así:

Diez años sin tu esencia,
Maestro,
miles de días
sin tu valor.
Y el recuerdo eterno
de tu temple,
Ordóñez,
y la nostalgia perpetua
de tu calor.
Murió el hombre
( rondeño, torero, galante ),
y nació la leyenda
( hermosa, cálida, nuestra ).
Y te añoramos,
Maestro,
te recordamos.
Y Ronda entera,
tu Ronda bella,
le canta sincera a tu tesón.

… y, después, entre aplausos para el torero y expresiones de mucho frío, todo ello regado de mucha calidez humana, Juani dio paso al acto de ofrenda floral. Qué hermosura… cuánto detalle y cuánta ternura… Como es un hombre amable y elegante, mi tío Bulerías, nos obsequió a los presentes con el honor de depositar flores ante la estatua de Ordóñez, y también frente a la del Niño de la Palma, por supuesto. Y, así, Juani mencionó a los asistentes con cariñosas palabras, y la dulce Milagros Harillo, hermana de mi adorado tío Ángel ( te quiero! ) depositó rosas a los pies de Cayetano Ordóñez. Y todos hicimos lo mismo: los amigos eternos del Maestro, muy bien representados por el emocionado José Luis; la viuda del diestro irrepetible; la afición peruana, con la magnífica presencia del extraordinario pintor Humberto Parra; la Escuela Taurina de Ronda, que realiza una bellísima labor; la generación de ordoñistas más jóvenes, flores que entregaron la ilusión y el afecto de mi hermana Silvia Padín; los rondeños; la niñez, lo mejor que las personas tenemos, la divina nieta de Juani, Manuela, tan inocente y guapa en el carrito que empujaba su madre, Elena. Todos con flores.
Todos con cariño.
No estuvieron todos los que deberían, pero sí hemos estado todos los que quisimos, los que nos sentimos rondeños y ordoñistas. Y Ronda volvió a rememorar a su ciudadano más conocido. Y en las calles de Rilke todo se llenó una vez más de arte y de buena voluntad.
Y Ordóñez quedó representado y homenajeado…
Gracias, Juani, por convidarme a formar parte de tan hermoso acto. Cuando pasen otros diez años… allí estaremos. Distintas flores, las mismas ganas, el mismo cariño, la misma devoción.
Feliz Nochebuena!!.

( lo encontre por ahi publicado, es de cristina Padin.